Seguramente los habrán visto: Un gran anillo o círculo de luz alrededor del Sol y la Luna. Es probable también que hayan escuchado que su presencia es garantía de lluvia en un futuro próximo.

En realidad los halos en ambos cuerpos no son otra cosa que una ilusión óptica y es causado por la refracción de la luz en cristales de hielo de la atmósfera superior.
¿Pero como se forman?
Se crea cuando la luz se refracta, refleja y dispersa a través de millones de cristales de hielo suspendidos en nubes cirrus situadas a una altitud de entre 6,000 metros hasta 12,000 metros. Estas nubes pueden ser tan finas y finamente dispersas que a veces estos halos son la única forma de saber que están realmente presentes en el cielo.
Una característica de los halos es que tienen -casi siempre- el mismo tamaño, con un radio de 22 grados (Aproximadamente la distancia entre el dedo pulgar y menor con el brazo completamente extendido). Esta particularidad hacen que tanto los halos solares como los lunares se denominen a menudo halos de 22 grados.

Esta uniformidad en el diámetro se debe a que el hielo tiene un índice de reflexión específico y a que la forma hexagonal de un cristal de hielo hace que, cuando se extienden sus lados, forme un prisma con un ángulo de vértice de 60 grados. El resultado es un ángulo de desviación mínima de la luz que atraviesa el cristal de hielo de 21,84 grados.
Estos cristales de hielo también muestran un efecto prisma que separa la luz blanca procedente del sol o reflejada por la luna en varios colores individuales, igual que el efecto atmosférico que crea un arco iris. Esto sucede porque las distintas longitudes de onda de la luz, y por tanto los distintos colores, experimentan un grado de refracción diferente cuando atraviesan un prisma.
Las propiedades ópticas de los cristales de hielo también hacen que no redirijan la luz hacia el centro del halo. Esto significa que el cielo dentro de un halo de 22 grados a menudo puede parecer más oscuro que el cielo circundante haciendo que parezca un «agujero en el cielo».
Significado en el folclore
La observación de un halo lunar se ha asociado con la llegada de tiempo inestable, especialmente durante el invierno.
Esto es algo que a menudo se ha demostrado cierto. Esto se debe a que los cirrus a veces indican la aproximación de un frente cálido que, a su vez, está asociado a un sistema de bajas presiones, una tormenta que puede traer consigo un descenso repentino de la temperatura, fuertes lluvias, granizo e incluso truenos y relámpagos.
Fuente: earthsky.org / space.com