La industria satelital argentina sigue avanzando en busca de una mayor soberanía tecnológica en este sector. El pasado 28 de diciembre, el consorcio público-privado FanIOT y el gobierno de la provincia de Misiones presentaron a “Melchora”, el primer nanosatélite de fabricación nacional que tendrá por misión medir las huellas de carbono de la selva misionera. Su lanzamiento está previsto para 2023 y la información que genere estará disponible de forma pública.

Foto: FanIOT

Programa FANSAT

FanIOT es la Primera Fábrica Argentina de NanoSensores orientada a la Ciencia y a una Educación Innovadora. Surge como una iniciativa del Gobierno de Misiones, el 20 de diciembre de 2019, a través de su Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, en colaboración con los emprendimientos SmartCultiva, Polo Tic y Marandu Comunicaciones.

Foto: FanIOT

Cabe destacar que Misiones es la tercer provincia de la Argentina en contar con esta tecnología.

En febrero del 2022, el consorcio creó el Programa FANSAT para el desarrollo de nanosatélites y obtuvo un aporte de 35 millones de pesos de la Agencia de I+D+i y de 5 millones de pesos del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT) para diseñar el nanosatélite.

Al momento, ya culminaron con tres de las cuatro etapas de desarrollo del dispositivo, que consistieron en la planificación, fabricación e integración de componentes. La última etapa será la realización de ensayos técnicos para comprobar su funcionamiento y la puesta en órbita.

“El satélite va a tener dos unidades, una con la electrónica hecha en Argentina y la segunda con componentes importados. Vamos a probar cómo funciona el sistema y, si todo sale bien, para los próximos lanzamientos vamos a usar tecnología diseñada completamente en la Argentina, en FANSAT”, señala el Co-Fundador de la empresa SmartCultiva.

Melchora

Algunas ventajas de los nanosatélites con respecto a los satélites tradicionales es que tienen un tamaño y peso mucho menor y eso permite abaratar los costos tanto de fabricación como de lanzamiento. “Un nanosatélite cuesta entre 50 y 100 mil dólares, y en un mismo lanzamiento un cohete puede inyectar hasta setenta satélites en una órbita prefijada”, indica el titular de FanIOT.

Melchora posee una estructura de aluminio preparada para resistir las vibraciones del lanzamiento y los cambios bruscos de temperatura del espacio exterior. Tiene una vida útil de dos años y es un satélite de órbita baja, aproximadamente a 150 kilómetros de distancia . Su misión será monitorear los niveles de CO2 presentes en la selva misionera, por donde pasará cada nueve horas. Esto facilitará a las autoridades provinciales trazar planes de acción en base a información fehaciente.

Foto: FanIOT

La medición se hará a partir de sensores que permitirán obtener datos en tiempo real de la huella de carbono de la selva misionera. La información será de carácter público de forma que cualquier universidad o instituto del sistema científico podrá utilizarlos (con previa autorización del consorcio).

El nombre del nanosatélite es un homenaje a Melchora Caburú, una mujer misionera que desempeñó un importante rol en las luchas por el federalismo. Fue compañera del caudillo Andrés Guacurarí (“Andresito”), quien realizó diversas campañas como Comandante General de Misiones. Melchora se encargaba de organizar los campamentos de niños y mujeres que debían resguardarse de los combates y supo conseguir el respeto de sus pares en una época y un ámbito considerados “impropios” para una mujer. Es una figura de la historia misionera a la que poco se ha valorizado y merece ser recordada con respeto y cariño.


Tener un satélite propio es fundamental para tener soberanía espacial, generar nuestra propia información y no depender de terceros.

Fuentes: unsam.edu.ar / faniot.com.ar

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